25/2/10

Lavorare Stanca

Hermoso video: texto Cesare Pavese, fotografía Andrei Tarkovsky, música Ennio Morricone.

14/2/10

Dos libros - absolutamente diferentes - para cerrar la semana


Cuentos eróticos de San Valentín. Prólogo de Luis García Berlanga, Tusquets Editores, México, 2007.

Una joyita más de la clásica colección “La sonrisa vertical” de Tusquets que, en este caso, reúne 10 cuentos de autores españoles e hispanoamericanos. Están, entre otros: la valenciana Carmina Amorós, el hondureño Horacio Castellanos Moya, la argentina Esther Cross, y nuestra admirada Cristina Rivera Garza, como representante de México.
Las historias y los enfoques de cada uno son absolutamente diversos: podremos presenciar la voluptuosidad de una Lolita que revive su pasión 20 años después, o los avatares de un hombre casado que celebra la fecha con su amante en un hotel demasiado concurrido; nos sumiremos en las ensoñaciones de alguien a punto de entrar a la sala de operaciones, o seguiremos los pasos de un detective que descubrirá un tórrido secreto. En fin, como dice el escritor Luis García Berlanga en el prólogo de la antología, “Los relatos confirman lo que se dice en uno de ellos: Todo es erotismo o nada lo es: todo cae debajo del erotismo para una mente que se encuentra predispuesta a lo erótico, y nada lo hace para quien no se encuentra predispuesto a ello.”
¡¡Para cerrar el 14 de febrero con broche de oro!!



Corazón de Kaláshnikov. El amor en los tiempos del narco, de Alejandro Páez Varela, México, Editorial Planeta, 2009.

Una novela dura, violenta y terriblemente melancólica que se sumerge en los mundos del narcotráfico, la marginalidad y la pobreza que marcan la realidad de nuestra frontera norte. Hoy que Ciudad Juárez le exige al gobierno el retiro del ejército de su territorio, los 5 mil muertos que ha dejado la violencia en aquella ciudad durante los últimos dos años – a los que se suman los 15 jóvenes masacrados hace apenas dos semanas mientras estaban en una fiesta – son la fuerza que alimenta a una ciudadanía en lucha.
“Habría querido hacer una novela de amor – dijo el autor - ésa era la intención original, había basado esta historia en tres historias de amor... lo que salió fue la realidad de Ciudad Juárez... este país está en guerra desde hace mucho tiempo lo que pasa es que ahora se ha extendido y se ha extendido por un grave error que fue haber lanzado esta guerra contra el narco que como lo sabemos fue por razones políticas”.

16/1/10

Brother, I'm dying

Los invito a leer mi artículo sobre Haití en El Universal de hoy:

Brother, I'm dying

Sandra Lorenzano

Escucho las noticias que llegan de Haití, leo los reportes, los artículos, las entrevistas, los mensajes que mandan por Twitter. Miro los videos y las fotos de la tragedia. Digo qué horror, qué horror, qué horror… Tres veces a modo de conjuro. Hablamos a la Embajada. Juntamos agua, medicinas. Sigo diciendo qué horror. Hace dos días fuimos a ver qué sucedía en los albergues del GDF. La gente se está muriendo en las calles por el frío. No hay comida suficiente. No hay abrigos. Eso es acá, no en Haití. En esta ciudad nuestra, también nos topamos con el horror. Pero hoy es Haití. Una desgarradora foto de un hombre llorando con un bebé muerto en brazos. Hay cien mil muertos, dicen. Se abren las antiguas fosas y se echan los nuevos cadáveres. No hay cómo juntar tantos...

Artículo completo en:
http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/47065.html

14/1/10

10 escritores imprescindibles de la literatura haitiana

René Dépestre, Premio Renaudot 1988 por Hadriana dans tous mes rêves.
Frankétienne, máximo exponente del movement spiralist;
Gary Victor (À l’angle des rues parallèles);
Mimi Barthélémy, narradora de cuentos;
Ketly Mars;
Danny Laferrière;
René Philoctéte (Une saison de cigales);
Dr. Jaques Stephen Alexis, nacido en Gonaïves. Entre sus obras destacan: Compère Général Soleil, La Niña Estrellita y Romancero aux étoiles ;
Jaques Roumain (Les gouverneurs de la rosée);
Me. Jean-Robert Constant, también de por aquí (Gonaïves, bastion du déchoquage).
Además, me han recomendado los escritores de La Ronde (Frédéric Marcelin, Fernand Hibbert, Justin Lhérisson, Antoine Innocent) y del Indigénisme como: Jean Price-Mars, Jaques Stephen Alexis y Jaques Roumain.

Tomado de http://fromhaiti.blogspot.com/2007/01/10-escritores-imprescindibles-de-la.html

13/1/10

Haití

Nuestra solidaridad con Haití. Donemos lo que necesiten: Embajada de Haití en México Presa Don Martín 53 (Irrigación) 55572062

http://www.cnn.com/2010/WORLD/americas/01/13/haiti.earthquake/index.html

12/1/10

Eric Rohmer

Va un fragmento de "El rayo verde" como homenaje al gran director.

Moscas


Acuérdense de mandar sus textos sobre moscas a http://veohistorias.blogspot.com o a mi correo: slorenzano@gmail.com

Hoy los leeremos en Reactor 105.7 a las 9 PM, y los mejores se llevarán de regalo ejemplares del maravilloso número de Artes de México, "Elogio de la mosca en el arte".

¡Participen!

9/1/10

Recordando a Albert Camus a 50 años de su muerte


Hoy sale un excelente artículo sobre Camus de Bernard-Henry Lévy, en Babelia.

http://www.elpais.com/articulo/portada/siglos/Camus/elpepuculbab/20100109elpbabpor_3/Tes?print=1

Los dos siglos de Camus

Esta semana se han cumplido 50 años de la muerte del autor de "El extranjero". Su obra recorrió una parte crucial del siglo XX y sirve para tratar de entender el XXI
BERNARD-HENRI LÉVY 09/01/2010

El 4 de enero de 1960, cuando el coche Facel-Vega de Michel Gallimard se choca contra un plátano entre Champigny-sur-Yonne y Villeneuve-la-Guyard, Albert Camus no tiene más que 46 años. Nos olvidamos siempre de lo joven que murió Camus. Nos olvidamos siempre de lo joven que era Camus. En 1960, todavía quedaba por vivir el triunfo y la agonía del gaullismo. Todavía quedaba por ver el Mayo del 68, en el que él no habría tenido más que 54 años y toda la oportunidad de asistir a la venganza completa de las tesis de El hombre rebelde. Es él, y desde luego no Raymond Aron, quien, diez años después, habría acompañado a Sartre al Elíseo a defender ante Giscard d'Estaing la causa de los boat people vietnamitas. Habría estado presente cuando la elección de François Mitterrand, habría dicho lo que pensaba -él, no su hijo- de la extraña religión cívica que es la religión del Panteón. Habría tenido 76 años en el momento de la caída de un comunismo que no habría contado, en el siglo XX, con un adversario más encarnizado ni más constante que él. Habría tenido 79 al comenzar la guerra de Bosnia y sus enfrentamientos fratricidas: ¿habría pensado en lanzar, como en el momento de la guerra de Argelia, uno de esos llamamientos a la tregua civil cuyo secreto poseía, o habría estado, sin matices, al lado de quienes apoyaban a los sitiados de Sarajevo contra los asesinos serbios? Soñamos con lo que el perdonavidas incansable de la "política del crimen", el analista de los mecanismos infernales que unían, en la "época de los asesinos", los "crímenes pasionales" y los "crímenes de la lógica", el "terrorismo de Estado" y el "terror irracional", habría tenido que decir ante el genocidio ruandés. Todavía hoy... Ya sé que René Lehmann, su médico, decía que sus pulmones estaban demasiado destruidos para que pudiera vivir mucho tiempo, pero ¿quién sabe? Hoy tendría siete años más que su amigo Jean Daniel. Tres menos que Claude Lévi-Strauss. Y podría muy bien estar presente para hacer una bella declaración, al día siguiente del fracaso de la cumbre de Copenhague, sobre el tema "salvar los cuerpos es hoy salvar la tierra". Pero bueno. Por desgracia, está muerto, murió el 4 de enero de 1960 en esa carretera, con el manuscrito de El primer hombre y La gaya ciencia en su cartera. Y el gran debate del momento, el único, era el de la guerra de Argelia.


http://www.elpais.com/articulo/portada/siglos/Camus/elpepuculbab/20100109elpbabpor_3/Tes

28/12/09

¿Quién mató a Esther Chávez Cano?

Queridos,

Quisiera compartir con ustedes el estupendo artículo que Lydia Cacho escribió sobre la muerte de esta admirable luchadora social.


México, Diciembre 25 de 2009

¿Quién mató a Esther Chávez Cano?

Lydia Cacho

A Esther la conocí en Ciudad Juárez, Chihuahua en 1994 durante un
encuentro de mujeres. De inmediato comenzamos a hablar sobre qué hacer
para defender los derechos de las mujeres; yo como buena reportera
tomé mi libreta y escribí sus respuestas, ella con su mano sutilmente
detenía mi pluma y me pedía que la mirara a los ojos. Mira Lydia
ustedes que están jóvenes tienen que saber cómo van a dar la batalla,
apenas estamos intentando abrir la cloaca y cuando comiencen a salir
las ratas tendremos que saber qué hacer, cómo hacerlo y quién nos
protegerá. Esto sucedió hace casi dieciséis años.

Esta mujer menuda y recia, nacida en la ciudad de chihuahua el 2 de
junio de 1933 había convocado en 1992, junto con otras once
organizaciones, a la formación de un grupo para defender a las
mujeres. El nombre que eligieron fue 8 de marzo, como símbolo de que
algún día se realizara el sueño de ese colectivo de norteñas que no
pedían permiso para saberse ciudadanas de México y el mundo, para
defender a las mujeres y niñas del corredor fronterizo con los Estados
Unidos.

Esther tenía una mente matemática, su experiencia como contable le
preparó para convertirse en la primera mexicana que llevo el registro
y contabilizó, de forma empírica pero impecable y detallada, todos y
cada uno de los asesinatos de niñas y mujeres en su estado. Fue ella
quien nos señaló el camino, fue Esther quien intuyó que las cloacas
simbólicas no eran subterráneos callejeros sino instituciones del
Estado mexicano y colectivos de hombres capaces de asesinar por placer
y por poder. Fue ella quien apuntó en su primera libreta los detalles
de cómo aparecían las víctimas, de quienes lo reportaban y qué
autoridades hacían o dejaban de hacer. Muy pronto ya no era una
libreta sino varias. Esther no estaba sola, sino acompañada de un
grupo de extraordinarias activistas, todas ellas dispuestas a aprender
y a elaborar estrategias para prevenir la violencia contra las mujeres
y niñas. Fue por ello que en 1999 fundó Casa Amiga, un centro de
atención de crisis en el cual las mujeres tienen un espacio de
seguridad luego e huir de la violencia en casa, o cuando luego de una
violación no reciben más que malos tratos de las autoridades y una
mezcla de miedo y desprecio de su comunidad.

Aunque desde 1993 este colectivo advirtió que existían patrones
criminales en los homicidios de mujeres, los más poderosos empresarios
de Chihuahua eligieron descalificar y acallar las denuncias. Muchos
medios locales despreciaron las advertencias y el análisis prospectivo
que desde entonces se hacía sobre la descomposición de Chihuahua y de
Ciudad Juárez en particular. Ahora, a fines de 2009 esos mismos
empresarios, periodistas y autoridades que descalificaron a Esther,
han huido de México y viven en el otro lado de la frontera bajo el
amparo de las leyes norteamericanas. A esos Esther les llamaba “los
cómplices voluntarios”. Como una contable decidida a no perder la
cuenta de las ignominias y sus autores, Esther escribió los nombres de
aquellos que, teniendo poder para proteger la vida de las mujeres y
niñas, elegían ignorar sus asesinatos; aquellos que teniendo el poder
económico, político y social para cambiar a México, elegían no
hacerlo. Esther los señaló con la mano firme y la palabra justa y
verdadera.

El 17 de diciembre de hace cuatro años, la tarde que salí de la
prisión a la que me llevaron los protectores de las redes de trata de
mujeres aliados al gobernador Mario Marín, Esther Chávez Cano me
llamó. “Tienes que ser fuerte –me dijo sin quebrarse- es la hora de la
batalla, sacaste sus nombres a luz y te acompañamos para señalarlos,
siempre lo haremos, pero tú eres el blanco y ésta es una batalla
solitaria”. Esther siempre supo en qué momentos debía abrazarnos como
una madre nutricia y amorosa y cuándo debía señalar la ruta y la
estrategia para seguir adelante.

A lo largo de estos quince años Esther fue un faro internacional para
que el mundo encontrara el camino hacia Chihuahua, para que las y los
mexicanos que elegimos escuchar y hacer eco de la realidad, pudiésemos
narrar -que no entender- el fenómeno del feminicidio mexicano. Ella
vio la muerte de cerca muchas veces, pero pasó la mayor parte de su
existencia haciendo honor a la vida, a la suya, a la de las otras
mujeres y niñas y niños. Cada día reivindicaba el derecho de las y los
mexicanos a vivir con dignidad, a perseguir el sueño de un país libre
de violencia. Insistía en que para la reparación de México
precisábamos mostrarlo tal cual es, diagnosticar su enfermedad y
comenzar su tratamiento desde las raíces.

Cuando yo decidí abrir un refugio para mujeres maltratadas en Cancún
le mostré el proyecto a Esther, con esa sonrisa que iluminaba su
rostro pequeñito como el de un águila respiró profundo y me dijo que
le emocionaba que por todo el país se fueran abriendo espacios para
que las mujeres se sintieran protegidas y fueran capaces de
reinventarse para luego reconstruir a este país adolorido y machista.
En la última década se han abierto medio centenar de centros similares
en la república mexicana.

Esther ya había recibido el diagnóstico de Cáncer cuando la vi en
Ciudad Juárez; esa tarde tuve ganas de tomarla en mis brazos como si
fuera una niña dulce, la sentí cansada y triste. Se dejó acariñar como
sólo a veces lo hacía, cuando bajaba la guardia y hablaba de sí misma
y no del país ni del dolor de las otras. Se dio permiso para hablar
del miedo y las dos nos preguntamos porqué tantas mujeres que han
dedicado su vida a trabajar por las y los demás, mueren de cáncer.
Hablamos de Cecilia Loría, otra querida guía del movimiento de
mujeres que en ese entonces enfrentaba el sufrimiento de las
radiaciones; Esther dijo que este país mataba a las mujeres y a los
hombres buenos, que esperaba que algún día México protegiera y amara
más la vida que la muerte. Entonces decidió que ella daría la batalla
por su vida. Todas las que la conocimos sabíamos que la maestra Esther
moriría de pie, que la amiga moriría pensando en lo que faltaba por
hacer, que la hermana estaba cansada y en el fondo sabía que había
hecho más que suficiente por su patria y su gente. Todas sabíamos que
Esther moriría pronto, es cierto, pero no estábamos preparadas para
perderla. Este 24 de diciembre la mujer de cuerpo pequeño y espíritu
inconmensurable se fue rodeada de las valientes que eligieron estar a
su lado, que se convirtieron en sus alumnas y maestras, en sus
hermanas y cuidadoras. Esther dio el último suspiro y sólo espero que
en esos momentos finales haya tenido la certeza de que gracias a ella
miles de niñas y mujeres, vivas y muertas, fueron reconocidas y vistas
por el mundo gracias a su voz, a su entereza, a su entrega, a sus
inquebrantables convicciones.

No sé si fue el cáncer, o el dolor y el miedo acumulados, no sé si fue
la angustia de ver su terruño tomado por soldados y narcotraficantes
y bañado de sangre; no sé si fue saber que ella le dio la vuelta al
mundo para pedir ayuda y nos advirtió hace quince años que un país que
ignora el asesinato selectivo de sus niñas y mujeres luego verá la
muerte sistemática de sus hombres y niños. No lo sé.

Como sea, hace unos meses la última vez que hablé con ella, Esther me
dijo que a mi generación le toca seguir con la tarea y ver los frutos
de la paz en México. No tengo la certeza de que lo veremos, pero sí la
convicción de que algo debe cambiar para que este país no quede
impasible ante el deceso de sus mejores hombres y mujeres que trabajan
desde la luz y la congruencia para construir la paz. Ya hemos visto
demasiada muerte, tenderemos que buscar las herramientas para hacerle
honor a la vida, a la dignidad y a la libertad que se merecen –que nos
merecemos- todas y todos los mexicanos. Vaya por Esther Chávez Cano,
por su vida, por las lecciones aprendidas. Por ella y por todas, que
después del llanto encontremos el camino a la esperanza.

Sobre Yasmina Reza

26/12/09

Joyce Carol Oates


Acabo de terminar de leer Mamá de Joyce Carol Oates. Estupenda novela. El duelo por la madre muerta lleva a Nikki, la narradora, a una búsqueda desesperada de sí misma. Secretos, violencia (contenida y no), y la vida en esos pequeños pueblos del Estado de Nueva York - que en mucho recuerdan los escenarios de Pastoral americana de Philip Roth - donde, aparentemente nunca pasa nada.

Éste es el enlace para poder leer el primer capítulo en pdf: http://www.elboomeran.com/upload/ficheros/obras/mama.pdf

¡Que lo disfruten!

24/12/09

¡¡Felicidades!!

Querid@s tod@s,
Va este hermoso poema de Tomás Segovia como regalo navideño, con mis deseos de que tengan un 2010 lleno de apapachos, versos, utopías, música y el calorcito de la gente querida

CALLADAMENTE

Como la historia misma
Sé bien a qué he sobrevivido
Pero a mí en cambio sé
Que me espera una hora dulce y grave
Se trata de ser digno de vivirla
De conocer mi gran fortuna
De saber que esa hora no era mía
No era de alguno que la mereciese
Sino de alguno que calladamente
A despecho de la historia la aceptase.



Un abrazo inmenso y cariñoso a cada uno



(PD: La cursilería del atardecer es obra de esta bloggera, sepan ustedes diculpar)

Dos joyas filmadas por mujeres

 En los días en que estuve a media máquina vi dos joyas filmadas por mujeres:  - "Atlantics", película franco senegalesa de Mati D...