Frente a la violencia brutal que está viviendo el Estado de
Guerrero, y especialmente después de la desaparición de los 43 estudiantes de
Ayotzinapa, dije públicamente que me parecía que si el gobernador no presentaba
su renuncia, la Feria debía suspenderse. Sigo pensando que hubiera sido una
decisión política y éticamente digna. Sin embargo, la Feria no se suspendió y
el gobernador parece no tener la menor intención de renunciar.
¿Qué hacer frente a esto? ¿Cancelar mi participación como modo de
expresar repudio ante el horror, o expresarlo allí mismo, en la FILA,
acercándome a los guerrerenses? Considero que las dos posturas son
igualmente válidas y comprometidas. Las dos buscan condenar la violencia,
condenar las desapariciones, condenar las brutales violaciones a los derechos
humanos. Porque de lo que no tengo dudas es de que hay que repudiar y condenar
los crímenes que están ensangrentando gran parte de nuestro país.
Lo que no se
vale es permanecer indiferentes, lo que no se vale es pensar que los libros no
tienen que ver con esta dolorosa realidad, lo que no se vale es guardar
silencio.
Finalmente he decidido sí ir a la Feria, y quisiera explicar por
qué:
- * Porque sé que el arte y la
cultura permiten generar espacios de reflexión y diálogo imprescindibles ante
situaciones de horror.
- * Porque sé que quienes están
en Guerrero y quienes estamos fuera, todos juntos, tenemos más fuerza para
exigir justicia que si nos quedamos separados.
- * Porque no creo que ir
signifique ser cómplice del gobierno.
- * Porque nuestras palabras hoy
son palabras lastimadas, palabras dolidas, palabras “calcinadas”, como las
llamaba Paul Celan, pero son también palabras vivas y buscan hablar por quienes
no están.
- * Porque tenemos memoria y
sabemos que esa memoria tiene que ser combativa e incómoda, tiene que
mostrarles a los culpables que no nos callamos, que no nos resignamos, que no
miramos para otro lado.
- * Porque la palabra poética es
espacio de resistencia, por eso –siguiendo a Hölderlin-
los poetas son más necesarios que nunca “en tiempos de penurias”.
- *Y finalmente, porque los
desaparecidos nos faltan a todos, siempre. Y hoy esos desaparecidos tienen los
rostros, los nombres, los sueños, las esperanzas y los deseos de 43 estudiantes
de la Normal Rural de Ayotzinapa. Y estar allí es también un modo de hacer que
vuelvan a estar con nosotros.
- * Por eso iré a hablar de mis
temas de siempre: la memoria, la violencia, la búsqueda de justicia, la pasión
por la literatura, la belleza que encierran las palabras, allí donde las
heridas del horror están aún frescas.
- * Por eso y porque sólo tengo
palabras para cobijar con ellas el llanto de las madres y de los padres, la
indignación de los jóvenes, el desconcierto, la furia, el miedo.
Sólo tengo palabras para
escuchar, para aprender, para luchar.
Por los que están y por los que no están.
CON VIDA LOS LLEVARON, CON VIDA LOS QUEREMOS