No hay mejor modo de celebrar a un poeta que buscar vida y refugio en sus palabras:
Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Tu pie. Tu mano.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.
Una flor.
Un violín.
Escribo en el olvido...
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.