Acaba de aparecer un estupendo libro del poeta argentino Fabián Casas, con selección, epílogo y notas de Hernán Bravo Varela, publicado por Almadía.
Comparto con ustedes un par de mis poemas favoritos:
Final
Éste es el patio donde fui chico.
Las baldosas se han gastado un poco y las plantas
han crecido por las rendijas de las paredes.
En esta soledad de la casa deshabitada
tengo la terrible certeza de estar parado sobre una equivocación.
No todo es tan duro, ya lo sé;
pero convengamos que esta falsedad
de tensar los temas con una catástrofe
se ha convertido ahora en mi segunda naturaleza.
Cuando veo a la gente besándose en las plazas
no puedo dejar de creer en un futuro
donde los únicos vestigios del amor
serán videos
pornográficos.
Hoy mi madre tendría que cumplir 48 años
Hoy mi madre tendría que cumplir 48 años;
pero hace tres que está bajo tierra
en un cementerio de los suburbios de la ciudad.
Aun así, las cosas persisten en crecer.
El sol arroja sus arpones amarillos
a través de las nubes,
los chicos juegan en los parques sus juegos de siempre,
un satélite ruso se estrella en París;
y yo me paro algunos días frente a su tumba
y me doblo con las flores en la boca del viento.
Celebro el Día Internacional de los Pueblos Indígenas compartiendo con ustedes el texto de la presentación de Xolo, el libro disco que en náhuatl y en español crearon Mardonio Carballo y Juan Pablo Villa.
Hablemos de poesía
1.
Hablemos de poesía. Que de eso se trata. De la conmoción que provoca la palabra poética. Del sacudimiento que generan imágenes sorprendentes, giros inesperados. Del escalofrío ante la metáfora aguda. Del ritmo envolvente. Del ritmo, señoras y señores.
Estoy llorando Derramando lágrimas (donde sea que me paro, Donde siembro mis pies, Revientan las flores de sal)
Las flores de sal que son versos, palabras que alumbran el abismo, que descubren el silencio, porque sólo desde allí existe la poesía. Palabras que le crecen a Mardonio como flores. A veces con llanto, como en este poema, a veces con risa, con música, con el cuerpo que descubre el goce y la caricia. Con picardía, con gracia, con sorpresa. Leo un fragmento de “Palabra de mujer”: Nuestros hijos se han marchado ya
Sólo tú Sólo yo Sentémonos ya Sólo tú Sólo yo A mirar cómo se apaga el día ¡Viejo, alegra mi corazón! (y te daré buena comida) Verás cómo el hambre se te vuelve a despertar.
Porque la vida es el motor que alimenta a Mardonio. La vida que busca su propio cauce. Allí donde la tradición y los versos antiguos no paralicen con su peso polvoriento, donde no impidan explorar nuevos caminos. Encontrar la propia huella más allá de los relatos. Y si hay que romper, romperá la voz la historia repetida desde siempre. ¿Acaso habla de otra cosa este poema? Uno de mis favoritos del libro, por cierto:
Dicen que me hicieron con un poco de barro Reniego pues de la historia Y si esas palabras verdaderas resultaran Meteré una rosa blanca por mi boca La tragaré como si fuera una pastilla Y cuando pase por mi garganta Me desgarrarán de la rosa sus espinas Roja se hará la blanca rosa Y haré trizas la primera historia Comenzará a latir dentro de mi cuerpo Una rosa roja en el ojo de mi pecho.
Por eso quizás, o por eso también, el xolo como símbolo: perro desnudo, como la muerte que nos espera al otro lado del Miktlán. La desnudez es un modo de hacer carne lo que nos precedió. Somos también el pan de aquellos huesos.
"Una antiquísma tribu, los yanomamis, que habitan la selva amazónica (...) practican un extraño canibalismo: se comen entre todos a su propios muertos, pero tras reducirlos a ceniza, en una fogata que consume no sólo el cuerpo del muerto sino cuanto le pertenecía..." De manera inversa a la magdalena proustiana a partir de la cual se despliega el universo completo de la memoria, el rito yanomami busca la compresión, la reducción de la memoria a un solo punto, Aleph que reúne con las cenizas del muerto mezcladas con plátano, su nombre, su historia, sus pertenencias. Algo de eso hay también en la palabra poética. Y algo de eso, sin duda, en la palabra poética de Mardonio. Él mismo lo dice en el comienzo de otro texto, Xantolo, sobre la festividad de muertos en la Huasteca veracruzana. Les leo un fragmento: Todos tenemos algo de santo, sobre todo después de muertos. Pero uno se muere de todo: de tiempo, de vida, de risa, de hambre y de todo. Para los mexicanos, y más para los que pertenecemos a un pueblo indígena, la muerte es sólo un síntoma de vida, nos enfermamos de vida hasta que nos curamos cuando llega la muerte, ya sea grande o chiquita. Para los que nacimos hablando el idioma náhuatl la muerte está con nosotros desde nuestros nombres. En náhuatl nombre se dice toka. El verbo sembrar se dice toka, entierro se dice también toka.
Hablemos de poesía, pues. De poesía, de memoria, de cuerpo, de ritmo. De la vida y de la muerte. Ni más ni menos. Luego vendrá lo demás.
2.
Y la lengua. Claro. No hemos hablado aún de la lengua. Cómo me atrevo a hablar de poesía, y sobre todo de ritmo, sin hablar náhuatl. Me tomo esta “licencia poética” con la misma sensación de pobreza lectora que siento al leer las traducciones al español de Paul Celan o de Ana Ajmátova, por no leer alemán ni ruso. Carencia mía, pues, el no poder leer los poemas de Mardonio en su lengua original. Pero tengo una ventaja, la tengo yo y la tenemos todos los que nos acerquemos a Xolo: escucharemos al propio poeta leer en su lengua madre. En la lengua de los arrullos. En la lengua de los primeros miedos y los primeros amores. Por eso puedo hablar de ritmo, de pasión, y de palabras que se van metiendo de a poco por los poros hasta ser parte de nosotros mismos. ¡Qué relación complicada tiene este país con los pueblos indígenas! Mezcla de orgullo, de paternalismo, de desprecio, de temor, de ajenidad. Como si los indígenas fueran y no fueran nuestros compatriotas. Con políticas públicas cambiantes, ambivalentes. Pareciera un tema que no se resuelve. Me decía Mardonio en una entrevista: “Que yo sea el primer indígena que tiene un programa de televisión no habla bien de mí, habla mal de nuestro país.” En este contexto, el tema de la lengua no es irrelevante. Nunca el tema de la lengua es irrelevante. Pero Xolo nos muestra algo más. Mardonio Carballo y Juan Pablo Villa nos muestran algo más. Y aquí sí voy a entrar al segundo elementos constitutivos de esta propuesta: la música. O mejor dicho: el diálogo entre la música y la poesía. Mientras escribo estas líneas escucho el disco, por supuesto. Juan Pablo Villa sabe lo que hace con la poesía de Mardonio. No sólo porque tiene una sensibilidad fuera de lo común, sino porque ha estudiado como pocos en nuestro país las posibilidades de la voz como elemento de construcción sonora. Dicen que aprendió del agua. De las profundidades de un lago cuando tenía sólo diez años. También lo aprendió de los inuit, de los cardencheros de Durango, de los japoneses de Nanto, de los mongoles. Y ahora lo aprende con Mardonio y su raíz náhuatl. La garganta de Juan Pablo es fuente de sonidos y de silencios. Comparto con él algunas obsesiones, aunque él aún no lo sepa. Explorador de las corrientes más interesantes y transgresoras de la música contemporánea, este músico formado en las vanguardias, en el jazz, amante a la vez de las formas populares y de la experimentación sonora, ha hecho un dúo excepcional con Carballo. Yo sé que ustedes que nos acompañan hoy aquí lo saben, pero no está de más recordarlo: no estamos ante la “musicalización” de los poemas, sino ante una creación conjunta. Aquí está la voz, íntima y profunda, pero también exaltada o teatral del poeta, recitando, cantando, sonando en castilla y en náhuatl. Aquí está la música. Están los gemidos, las respiraciones, los ritmos, los silencios, los juegos sonoros, las repeticiones, los aullidos, los murmullos que han construido entre los dos. Y que nos ponen la piel chinita.
3.
Para terminar sólo quiero decir que como fanática que soy de todos los caminos que se exploren para hacer crecer la palabra poética: en diálogo con otros lenguajes, en la calle, con los jóvenes, en voz alta, en murmullos, lo que sea que abra caminos a la poesía, me hace muy feliz este proyecto, y me hace más feliz aún tener la inmensa suerte – ustedes y yo – de sumar este pequeño y maravilloso objeto que es Xolo en el apartado más entrañable del “soundtrack” de nuestra vida. Gracias a Mardonio y a Juan Pablo por habernos regalado esta posibilidad.
Uno de los momentos más simbólicos de la ceremonia de apertura de los Juegos de Londres fue la entrada de la bandera olímpica. El honor de portarla fue para el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la defensora brasileña del medioambiente Marina Silva, el ex boxeador Mohammed Alí, el atleta etíope Haile Gebreselassie, la Premio Nobel de la Paz liberiana Leymah Gbowee, tres activistas británicos por los derechos humanos y el músico argentino-israelí (también ciudadano honorario palestino) Daniel Barenboim, no sólo en homenaje a su talento, sino por sus iniciativas a favor de la paz en Medio Oriente. El motivo para designarlos fue “su aspiración común de que seamos mejor de lo que somos”.
(Tomado de página12.com.ar)
24/7/12
Esta semana quisiera empezar recomendando un libro recién salido del horno, aún calentito, y que tiene mucho que ver con lo que leímos en el programa dedicado a Borges y Bioy Casares. Se trata de Leo a Biorges de Álvaro Uribe.
"Para describir su propia labor como ensayista, Uribe escribió: «El ensayo es la otra mitad de la autobiografía: su parte ideal». Este libro es un mosaico formado con muy variadas experiencias de la cotidianeidad y que conforman una reflexión sobre la labor del escritor. El título responde a la lectura que el autor hace del diario de Bioy Casares acerca de Borges. Sembrados de perspicacia y de humor cáustico, estos ensayos hablan de temas tan dispares, como el ecoturismo, el cine, el riesgo de caminar en la ciudad de México o la arbitrariedad de los certámenes literarios."
La segunda recomendación es para el fascinante libro Taller de taquimecanografía, publicado por Tumbona ediciones y la Universidad del Claustro de Sor Juana, escrito como un experimento de creación colectiva por cuatro jóvenes autoras mexicanas: Aura Estrada, Gabriela Jáuregui, Laureana Toledo y Mónica de la Torre. El grupo comenzó el proyecto como un cadáver exquisito en varias rondas, “tan abierto y proliferante como el medio que les servía de enlace: Internet. No les interesaba definir procedimientos demasiado restrictivos, sino generar materiales que se encadenaran por hilos a veces secretos. El pretexto inicial fueron los muebles encontrados en la calle, los objetos urbanos dejados a su suerte en las ciudades donde residían: nueva York, Los Ángeles, Londres y la ciudad de México.
La tercera recomendación de la semana es la novela No tengo miedo del italiano Niccolo Ammaniti, publicada por Anagrama. Se trata de una suerte de novela de formación, en la que el mundo rural y familiar en el que vive el niño protagonista irá poniéndose cada vez más oscuro e inquietante.
Tú vives siempre en tus
actos. Con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo
que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos, sale la luz que te guía
los pasos. Andas por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros, lo dejas todo, te arrojas sobre proas,
sobre alas, estás ya allí; con los besos, con los dientes la desgarras:
ya no es duda. Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los
misterios del revés. Y tus enigmas, lo que nunca entenderás, son
esas cosas tan claras: la arena donde te tiendes, la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado que te encuentras en tu espejo cada día al
despertar, y es el tuyo. Los prodigios que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste, más que una vez, una noche que te
encaprichó una sombra -la única que te ha gustado-. Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar. Y era yo.
Poesía
¿Tú sabes lo que eres de
mí? ¿Sabes tú el nombre? No es el que todos
te llaman esa palabra usada que se dicen las gentes, si besan o se
quieren, porque ya se lo han dicho otros que se besaron. Yo no lo sé,
lo digo, se me asoma a los labios como una aurora virgen de la que no
soy dueño. Tú tampoco lo sabes, lo oyes. Y lo recibe tu oído igual que
el silencio que nos llega hasta el alma sin saber de qué ausencias de
ruidos está hecho. ¿Son letras, son sonidos? Es mucho más
antiguo. Lengua de paraíso, sanes primeros, vírgenes tanteos de los
labios, cuando, antes de los números, en el aire del mundo se
estrenaban los nombres de los gozos primeros. Que se olvidaban
luego para llamarlo todo de otro modo al hacerlo otra vez nuevo
son para el júbilo nuevo. En ese paraíso de los tiempos del
alma, allí, en el más antiguo, es donde está tu nombre. Y aunque yo te
lo llamo en mi vida, a tu vida, con mi boca, a tu oído, en esta
realidad, como él no deja huella en memoria ni en signo, y apenas lo
percibes, nítido y momentáneo, a su cielo se vuelve todo alado de
olvido, dicho parece en sueños, sólo en sueños oído. Y así, lo que tú
quieres, cuando yo te lo diga no podrá serlo nadie, nadie podrá
decírtelo. Porque ni tú ni yo conocemos su nombre que sobre mi
desciende, pasajero de labios, huésped fugaz de los oídos cuando
desde mi alma lo sientes en la tuya, sin poderlo aprender, sin saberlo
yo mismo.
1. Sólo quien entra en literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda.
2. No hay novelistas precoces. Todos los grandes, los admirables novelistas, fueron, al principio, escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y convicción.
3. La literatura es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio.
4. En toda ficción, aun en la de la imaginación más libérrima, es posible rastrear un punto de partida, una semilla íntima, visceralmente ligado a una suma de vivencias de quien la fraguó. Me atrevo a sostener que no hay excepciones a esta regla y que, por lo tanto, la invención químicamente pura no existe en el dominio literario.
5. La ficción es, por definición, una impostura -una realidad que no es y sin embargo finge serlo- y toda novela es una mentira que se hace pasar por verdad, una creación cuyo poder de persuasión depende exclusivamente del empleo eficaz de unas técnicas de ilusionismo y prestidigitación semejantes a las de los magos de los circos o teatros.
6. En esto consiste la autenticidad o sinceridad del novelista: en aceptar sus propios demonios y en servirlos a la medida de sus fuerzas.
7. El novelista que no escribe sobre aquello que en su fuero recóndito lo estimula y exige, y fríamente escoge asuntos o temas de una manera racional, porque piensa que de este modo alcanzará mejor el éxito, es inauténtico y lo más probable es que, por ello, sea también un mal novelista (aunque alcance el éxito: las listas de bestsellers están llenas de muy malos novelistas).
8. La mala novela que carece de poder de persuasión, o lo tiene muy débil, no nos convence de la verdad de la mentira que nos cuenta.
9. La historia que cuenta una novela puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser coherente para que aquella incoherencia finja exitosamente ser genuina y vivir.
10. La sinceridad o insinceridad no es, en literatura, un asunto ético sino estético.
11. La literatura es puro artificio, pero la gran literatura consigue disimularlo y la mediocre lo delata.
12. Para contar por escrito una historia, todo novelista inventa a un narrador, su representante o plenipotenciario en la ficción, él mismo una ficción, pues, como los otros personajes a los que va a contar, está hecho de palabras y sólo vive por y para esa novela.
13. El de las novelas es un tiempo construido a partir del tiempo psicológico, no del cronológico, un tiempo subjetivo al que la artesanía del novelista da apariencia de objetividad, consiguiendo de este modo que su novela tome distancia y diferencie del mundo real.
14. Lo importante es saber que en toda novela hay un punto de vista espacial, otro temporal y otro de nivel de realidad, y que, aunque muchas veces no sea muy notorio, los tres son esencialmente autónomos, diferentes uno de otro, y que de la manera como ellos se armonizan y combinan resulta aquella coherencia interna que es el poder de persuasión de una novela.
15. Si un novelista, a la hora de contar una historia, no se impone ciertos límites (es decir, si no se resigna a esconder ciertos datos), la historia que cuenta no tendría principio ni fin.
Cartas a un joven novelista, Mario Vargas Llosa, Alfaguara, 2011.
Hace un par de días volví a escuchar con mis estudiantes esta maravillosa conferencia. La escritora nigeriana Chimamanda Adichie habla aquí del peligro de reducir cualquier historia a una versión única.
Yo pensé entonces que cualquier relación con nuestra propia realidad actual no es mera coincidencia.
La primera recomendación no es una novedad sino un clásico. Dado que hace pocos días se cumplieron 50 años de la muerte de William Faulkner, uno de los principales escritores del siglo XX, por supuesto la recomendación es que se acerquen a cualquiera de sus obras, Absalón, Absalón, Luz de agosto, El sonido y la furia, Las palmeras salvajes. La que quieran; y si es a todas ellas, mejor. ¿A poco no sería un maravilloso plan para las vacaciones?
La segunda recomendación que quiero hacerles es la novela del argentino Leopoldo Brizuela que ganara el Premio Alfaguara. El título es Una misma noche y el tema tiene que ver con la dictadura que gobernó aquel país entre 1976 y 1983.
Y la tercera recomendación es la Poesía reunida de la zacatecana Amparo Dávila publicada por el Fondo de Cultura Económica. Un libro que hay que leer lentamente, paladeándolo, como se hace con la buena poesía.
En busca del cuento perdido
Angelina Muñiz Huberman
Traductora, ensayista, narradora y poeta, nacida en Hyéres, Francia, el 29 de diciembre de 1936. Se naturalizó mexicana en 1942. Obtuvo el doctorado en letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en lenguas romances en la Universidad de Pennsylvania y City University of New York; realizó cursos de filología y literatura en El Colegio de México.
Ha sido profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (desde 1975).
Ha colaborado en Cuadernos del Viento, El Rehilete, Nueva Revista de Filología Hispánica, Proceso, Thesis, Diálogos, Vuelta, Sábado, Noaj, Hispamérica y La Jornada Semanal.
Fue becaria de la Embajada de Estados Unidos, en 1958; de El Colegio de México, de 1958 a 1962; Teaching Fellowship, University of New York, en 1968; del Programa de Estímulos a la Productividad Académica, UNAM, en 1990; del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), de 1991 a 1992; ingresó al Sistema Nacional de Creadores Artísticos en 1994.
Su obra se ha traducido a varios idiomas.
Medallas y premios obtenidos:
Medalla de Jerusalén, 1975; Medalla Comisiones dictaminadoras, UNAM, 1979; Medalla Novi Lux Orbis Quater Saecularis Anima Patriae, UNAM, 1981; Premio Magda Donato, 1972, por Morada interior; Premio Xavier Villaurutia, 1985, por Huerto cerrado, huerto sellado; Premio Internacional Fernando Jeno, 1988, por De magias y prodigios; Finalista del XVIII Concurso Internacional de Cuentos de Pola de Lena, Asturias, 1991, por Los brazos necesitan almohadas; Premio Internacional de Novela Sor Juana Inés de la Cruz, 1993, por Dulcinea encantada.
Obra publicada:
ANTOLOGÍA: Cancionero folklórico de México (en colaboración), México, El Colegio de México, 1975. La lengua florida. Antología de literatura sefaradí, México, Fondo de Cultura Económica (FCE)/UNAM, 1989. Narrativa Relativa, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Lecturas Mexicanas, 63, 1993.
BIOGRAFÍA: Angelina Muñiz-Huberman. De cuerpo entero: el juego de escribir (autobiografía), México, UNAM/Corunda, 1991.
CUENTO: Huerto cerrado, huerto sellado, México, Oasis, 1985. De magias y prodigios, México, FCE, 1987. El libro de Miriam y Primicias, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I), Media Tinta, 4, 1990. Los brazos necesitan almohadas, 1991. Serpientes y escaleras, México, UNAM, 1991.
ENSAYO: La mujer mexicana en el arte (en colaboración), México, Bancrecer, 1987. Doce expresiones plásticas de hoy (en colaboración), México, Bancrecer, 1988. Las raíces y las ramas. Fuentes y derivaciones de la Cábala hispanohebrea, FCE, 1993.
NOVELA: Morada interior, México, Joaquín Mortiz, 1972.Tierra adentro, México, Joaquín Mortiz, 1977. La guerra del unicornio, México, Artífice, 1983. Hacia Malinalco, México, Oasis, 1986. Dulcinea encantada, México, Joaquín Mortiz, Novelistas Contemporáneos, 1992.
POESÍA: El mundo de la mujer (en colaboración), México, Tlaloc, 1967. Vilano al viento, México, UNAM, Cuadernos de Poesía, 1982. El ojo de la creación, México, UNAM, El ala del tigre, 1992.
TRADUCCIÓN: La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne, México, Novaro, 1964.
TRADUCCIONES Y VERSIÓN TEATRAL: Ricardo III, de Shakespeare, estrenada en 1971. Fiesta de cumpleaños, de Harold Pinter, estrenada en 1974.
Narradora, ensayista y poeta, Angelina Muñiz-Huberman recibirá este fin de semana el homenaje Protagonistas de la literatura mexicana por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes. Nacida en Francia por accidente, como ella misma dice, la escritora recuerda su trayectoria y sus primeros años de vida.
Nota: Irma Gallo
La burladora de Toledo, de Angelina Muñiz
Agradecemos a Descarga Cultura UNAM la autorización para reproducir esta grabación.
Escuchar más de Angelina Muñiz en: http://www.descargacultura.unam.mx/app1#up
¿Recuerdan las indicaciones? Se trata de escribir una continuación para el cuento de Inés Arredondo "Año nuevo". Leamos de nuevo el cuento:
Año nuevo, de Inés Arredondo
“Estaba sola. Al pasar, en una estación del metro de París vi que daban las doce de la noche. Era muy desgraciada; por otras cosas. Las lágrimas comenzaron a correr, silenciosas. Me miraba. Era un negro. Íbamos los dos colgados, frente a frente. Me miraba con ternura, queriéndome consolar. Extraños, sin palabras. La mirada es lo más profundo que hay. Sostuvo sus ojos fijos en los míos hasta que”…
La primera propuesta es de Elizabeth Loeza y dice así:
...hasta que...
Parpadee y me di cuenta que aquel hombre había sido tan solo una materialización de lo que anhelaba... una mirada de consuelo, la imagen se desvaneció y volví a quedar sola, pero con la diferencia de verme con una sonrisa reflejada en la ventana del metro.
La segunda colaboración es de nuestro querido Víctor González, y dice:
Hasta que…
…recordé a donde lo había visto antes. Fue en un Bar, él estaba con alguien y yo con Pierre, antes de que nos separáramos. Ahora estábamos solos, era Año Nuevo y no celebrábamos, cada quién metido en sus problemas, pero él seguía sonriendo, tal vez recordando la circunstancia anterior en que habíamos coincidido. A pesar de la hora, volvimos a aquél lugar, y platicamos hasta el amanecer, el destino nos deparaba una vida en común por delante…..
Muy bueno Víctor el comienzo de esta historia de amor. Mil gracias!
Vamos ahora con la propuesta de Ali Belmonte, de Cd. Juárez .
Hasta que…
..suena la alarma, el metro se detiene abruptamente, el negro me jala de la mano para sacarme de ahí.
La gente estaba como loca, en mi desconcierto me aferré a su mano, a su brazo, a su inesperada pero rápida forma de guiarme a nosé-dónde. Corrí con la fuerza de las emociones que me ataviaban; en el exterior por fin nos detuvimos, era cualquier calle, le pedí un respiro y me senté en la acera, cuando mis latidos empezaban a regresar a la normalidad me di cuenta que una banda tocaba una canción que siempre me pone alegre, fue entonces cuando volteé a ver a mi rescatista y comenzamos a reír a carcajadas. En su rostro vi la esperanza.
Comparto con ustedes ahora la propuesta es de nuestra amiga Claudia González:
Hasta que…
…llegamos a la estación, el metro se fue parando muy lentamente, nuestras miradas seguían enganchadas, dos seres hipnotizados por nuestras soledades y angustias. Él continuaba observándome, con esa ternura que me provocaba aún más llanto. Era la primera vez que surgía en mí este sentimiento. Enamorarme a primera vista, quizá sería la nostalgia o el sentirme tan desprotegida lo que ocasionaba tan súbito comportamiento.
Antes de que el metro detuviera totalmente su marcha, inesperadamente, él comenzó a pronunciar un nombre, Corinne, Corinne, de por debajo de uno de los asientos, salió Corinne se aproximó a su amo y éste la engancho a una cadena, al momento que desdoblaba un bastón blanco. Corinne lo fue llevando hacia la puerta de salida, al pasar aún más cerca de mí preguntó si ya habíamos llegado a la estación “La Defensé”. Yo un poco atónita le contesté un apagado “sí”. Él se fue apartando poco a poco, moviendo aquel bastón de un lado hacia otro, hasta llegar a una de las puertas del vagón. Estas se abrieron, el hombre antes de bajar volteó mecánicamente hacía donde yo me encontraba, sólo que esta vez la mirada que imaginé enamorada ya no se posó sobre mis ojos, se dirigió hacia un punto perdido. El negro, mostrando su gran dentadura, tan blanca como el bastón, dijo con gran alegría; “feliz año nuevo, amable señorita”.
Samuel Hernández López, al que llaman “Turín”, nos envía las siguientes líneas que le dan un nuevo final al cuento de Inés Arredondo:
Sostuvo sus ojos fijos en los míos hasta que la mirada tierna y consoladora, dio paso a una tristeza profunda y de un horrible desgarramiento. Entonces me di cuenta, que mi desgracia era pasajera. Bajé en Montpellier con la vista fija. Uno y otro se necesitan, y el segundo sin el primero no hay existencia. Solo una vida efímera y miserable.
Gracias Turín! Como decía el gran Octavio Paz
Para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia.
La última colaboración que leeremos hoy es la de Julio César Bravo Ramos. Dice así:
... hasta que nos convertimos en pupilas dilatadas; disueltas en la penumbra del túnel. Jugando a las caricias que no se dan, se imaginan. Y así, se despidió de mí, con un suave beso palpitante en la mirada.
Nos quedan aún en el tintero varios finales enviados por ustedes que les prometo leer la próxima semana. Y si alguien más quiere sumarse con su propia propuesta, háganlo enviándomela a nuestro correo: enbuscadelcuento@yahoo.com.mx
A mano amada, cuando la noche impone su costumbre de insomnio y convierte cada minuto en el aniversario de todos los sucesos de una vida; allí, en la esquina más negra del desamparo, donde el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras, los recuerdos me asaltan. Unos empuñan tu mirada verde, otros apoyan en mi espalda el alma blanca de un lejano sueño, y con voz inaudible, con implacables labios silenciosos, ¡el olvido o la vida!, me reclaman. Reconozco los rostros. No hurto el cuerpo. Cierro los ojos para ver y siento que me apuñalan fría, justamente, con ese hierro viejo: la memoria.
¿Cómo seré...
¿Cómo seré o cuando no sea yo? Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro, otra mi sangre, otros mis ojos y otros mis cabellos. Pensaré en ti, tal vez. Seguramente, mis sucesivos cuerpos -prolongándome, vivo, hacia la muerte- se pasarán de mano en mano de corazón a corazón, de carne a carne, el elemento misterioso que determina mi tristeza cuando te vas, que me impulsa a buscarte ciegamente, que me lleva a tu lado sin remedio: lo que la gente llama amor, en suma. Y los ojos -qué importa que no sean estos ojos- te seguirán a donde vayas, fieles.
Crepúsculo, Albuquerque, invierno
No fue un sueño, lo vi: La nieve ardía.
Ángel González nació en Oviedo en 1922. Publicó, entre otros libros, Áspero mundo 1955, Sin esperanza, con convencimiento1961, Grado elemental 1961, Tratado de urbanismo 1967, Breves acotaciones para una biografía 1971, Prosemas o menos 1983, Deixis de un fantasma 1992 y Otoño y otras luces 2001. Murió en Madrid en 2008.
Carta publicada en el semanario Brecha, Montevideo, el 23 de diciembre de 1998 Esta carta había sido escrita por Juan Gelman en abril de 1995, cuando todavía no sabía que su nieto había podido nacer en Uruguay. Se enteró de esa posibilidad a finales de 1998 y empezó sus trámites con el presidente uruguay Julio María Sanguinetti en 1999. El poeta pudo abrazar por primera vez a esa nieta nacida en cautiverio y "apropiada" por los militares, Macarena Gelman, 23 años después.
Dentro de seis meses cumplirás 19 años. Habrás nacido algún día de octubre de 1976 en un campo de concentración. Poco antes o poco después de tu nacimiento, el mismo mes y año, asesinaron a tu padre de un tiro en la nuca disparado a menos de medio metro de distancia. El estaba inerme y lo asesinó un comando militar, tal vez el mismo que lo secuestró con tu madre el 24 de agosto en Buenos Aires y los llevó al campo de concentración Automotores Orletti que funcionaba en pleno Floresta y los militares habían bautizado "el Jardín". Tu padre se llamaba Marcelo. Tu madre, Claudia. Los dos tenían 20 años y vos, siete meses en el vientre materno cuando eso ocurrió. A ella la trasladaron -y a vos con ella- cuando estuvo a punto de parir. Debe haber dado a luz solita, bajo la mirada de algún médico cómplice de la dictadura militar. Te sacaron entonces de su lado y fuiste a parar -así era casi siempre- a manos de una pareja estéril de marido militar o policía, o juez, o periodista amigo de policía o militar. Había entonces una lista de espera siniestra para cada campo de concentración: Los anotados esperaban quedarse con el hijo robado a las prisioneras que parían y, con alguna excepción, eran asesinadas inmediatamente después. Han pasado 12 años desde que los militares dejaron el gobierno y nada se sabe de tu madre. En cambio, en un tambor de grasa de 200 litros que los militares rellenaron con cemento y arena y arrojaron al Río San Fernando, se encontraron los restos de tu padre 13 años después. Está enterrado en La Tablada. Al menos hay con él esa certeza.
Me resulta muy extraño hablarte de mis hijos como tus padres que no fueron. No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste. Me lo aseguró el padre Fiorello Cavalli, de la Secretaría de Estado del Vaticano, en febrero de 1978. Desde entonces me pregunto cuál ha sido tu destino. Me asaltan ideas contrarias. Por un lado, siempre me repugna la posibilidad de que llamaras "papá" a un militar o policía ladrón de vos, o a un amigo de los asesinos de tus padres. Por otro lado, siempre quise que, cualquiera hubiese sido el hogar al fuiste a parar, te criaran y educaran bien y te quisieran mucho. Sin embargo, nunca dejé de pensar que, aún así, algún agujero o falla tenía que haber en el amor que te tuvieran, no tanto porque tus padres de hoy no son los biológicos -como se dice-, sino por el hecho de que alguna conciencia tendrán ellos de tu historia y de como se apoderaron de tu historia y la falsificaron. Imagino que te han mentido mucho.
También pensé todos estos años en que hacer si te encontraba: si arrancarte del hogar que tenías o hablar con tus padres adoptivos para establecer un acuerdo que me permitiera verte y acompañarte, siempre sobre la base de que supieras vos quién eras y de dónde venías. El dilema se reiteraba cada vez -y fueron varias- que asomaba la posibilidad de que las Abuelas de Plaza de Mayo te hubieran encontrado. Se reiteraba de manera diferente, según tu edad en cada momento. Me preocupaba que fueras demasiado chico o chica -por ser suficientemente chico o chica- para entender lo que había pasado. Para entender lo que había pasado. Para entender por qué no eran tus padres los que creías tus padres y a lo mejor querías como a padres. Me preocupaba que padecieras así una doble herida, una suerte de hachazo en el tejido de tu subjetividad en formación. Pero ahora sos grande. Podés enterarte de quién sos y decidir después qué hacer con lo que fuiste. Ahí están las Abuelas y su banco de datos sanguíneos que permiten determinar con precisión científica el origen de hijos de desaparecidos. Tu origen.
Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él. Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije.
Los sueños de Marcelo y Claudia no se han cumplido todavía. Menos vos, que naciste y estás quién sabe dónde ni con quién. Tal vez tengas los ojos verdegrises de mi hijo o los ojos color castaño de su mujer, que poseían un brillo especial y tierno y pícaro. Quién sabe como serás si sos varón. Quién sabe cómo serás si sos mujer. A lo mejor podés salir de ese misterio para entrar en otro: el del encuentro con un abuelo que te espera.
12 de abril de 1995
PD. Automotores Orletti, como es notorio ya, fue centro de la Operación Cóndor en la Argentina. Allí hubo tráfico de embarazadas y de niños secuestrados entre las fuerzas de seguridad de las dictaduras militares del cono sur. Allí operaron represores uruguayos. Mi nieta o nieto, ¿nació en algún centro clandestino de detención del Uruguay?
5 de diciembre de 1998
Yo no tenía más que una flauta de caña en mis manos; desierta era la noche, en menguante estaba la luna y la tierra fragante después del aguacero. Yo murmuraba: la memoria, donde se la toque, duele; apenas si hay un poco de cielo, el mar ya no existe, lo que se mata durante el día, por carradas se lo arroja detrás de la colina.
Distraídamente mis dedos jugueteaban con aquella flauta que me regaló un viejo pastor porque le di las buenas tardes. Los otros han olvidado ya el saludo; se despiertan, se afeitan e inician el día de la matanza así como se poda o como se opera, metódicamente y sin pasión. El dolor es un cadáver como Patroclo y ya nadie se deja embaucar.
Yo pensé tocar un aria, pero me abochorna el otro mundo, aquel que me ve más allá de la noche, en el corazón de mi luz, tramado de cuerpos vivos, de corazones desnudos, y el amor, que tanto pertenece a las Furias como al hombre, a la piedra, al agua y a la hierba, y aun a la bestia que enrostra la muerte asiéndola.
Así avanzaba sobre el sendero oscuro. Me volví a mi jardín, enterré la flauta de caña y nuevamente murmuré: un día, al alba, la resurrección vendrá; el rocío de esa mañana centelleará como centellean los árboles en la primavera. Y otra vez será el mar… Y todavía Afrodita surgirá de las olas. Somos la simiente que perece. Y regresé a mi casa vacía.
La primera es un extraño y fascinante libro escrito por el serbio Goran Petrovic, considerado uno de los autores más importantes de su país, y especialista en literatura serbia y yugoslava por la Universidad de Belgrado. El título es Atlas descrito por el cielo, y ha sido publicado por la editorial Sexto Piso, con prólogo de Alberto Manguel. Anímense a entrar a ese otro mundo de la extraña literatura de Goran Petrovic.
La segunda recomendación es la novela del hidalguense Yuri Herrera llamada Trabajos del reino. En la que el horror de la violencia es visto a través de la mirada de un músico y compositor, y relatado con maravillosa sutileza. Un libro publicado por el Conaculta en su Fondo Editorial Tierra Adentro.
Y cerramos con el interesantísimo estudio de Malva Flores, importante poeta de nuestro país, quien en este caso hace un estudio profundo y cuidadoso de la revista Vuelta de Octavio Paz y de su importancia en la historia de la cultura mexicana. El libro se titula Viaje de Vuelta. Estampas de una revista, y fue publicado por el Fondo de Cultura Económica. Sin duda, una lectura fascinante.
"Todo comienza cuando el diverso grupo de personajes principales decide pintar de azul cielo el techo de su casa de una forma peculiar: quitándolo. A partir de ahí el Cartógrafo, Goran Petrović, narra y testimonia, con una escritura cercana a la tradición oral, lo fantásticos sucesos que giran en torno a la casa sin techo y sus habitantes.
A la voluntad de vivir de una forma que transgredí los rígidos límites de la realidad se opone el descontento que estos personajes generan entre vecinos y autoridades estatales, como fuerzas que derriban todo intento por salir de la uniformidad y de la norma. Por fortuna, cuentan con la ayuda de objetos como los Espejos Occidental y Septentrional, o la Enciclopedia Serpentiana, para poder sortear las dificultades que encuentran en el camino. El primero refleja del lado izquierdo la mentira de quien se para enfrente, y del lado derecho su verdad, en tanto que el segundo muestra de manera simultánea el pasado, presente y futuro del reflejado. La Serpentiana es un libro infinito, que lo contiene todo, pero que sólo muestra a cada lector lo que lee en ese momento."
"Trabajos del Reino, obra en la que su autor plasma la mirada de un compositor de corridos. A través de esta escritura despliega ante el lector un panorama de la “vida palaciega” de un cártel del narcotráfico.
Lobo, protagonista de la novela, es un ser marginado desde su nacimiento. No posee educación, pero le sobra talento para convertir en cantos épicos los sucesos notables, por eso es el Artista. Una tarde se topa con el hombre que habrá de transformar su vida… Así, reconstruyendo el mundo interior del cártel con un lenguaje popular no exento de lirismo, muestra de su excelente oído, y con un tono que algunas veces requiere registro de fábula infantil y otras de tragedia del Renacimiento, las palabras del Artista nos internan en un castillo donde parece reinar la felicidad, pero cunden las intrigas soterradas. El soberano absoluto vive amenazado por los suyos que luchan para arrebatarle el poder, por las bandas rivales, la policía y el ejército."
"Como en todas las revistas que Octavio paz alentó, Plural y Vuelta tuvieron un alma común: la pasión crítica, atributo que recobraba la antigua tradición de las revistas literarias mexicanas desde el inicio de nuestra vida independiente o incluso antes. Las revistas culturales son un espejo de la vida literaria pero son también la literatura misma. Discrepando de la unanimidad, frente a los embates contemporáneos de la intolerancia política e ideológica, Vuelta se propuso como "un espacio libre donde se pudiesen desplegar, simultáneamente, la imaginación de los escritores y el pensamiento crítico moderno en sus distintas manifestaciones". Malva Flores nos ofrece en estas páginas un panorama general, aunque no por ello exento de rigor y precisión."
Editada hermosamente ha llegado a mis manos la plaquette "Hasta el fin" de Tomás Segovia, con tres de los últimos textos que el poeta escribió y que no habían sido recogidos aún en libro alguno. Me conmueve acercarme a sus palabras; a esas palabras que él sabía ya cerca del fin.
No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible. Pero (aunque suene mal) daría la vida por diez lugares suyos, cierta gente, puertos, bosques de pinos, fortalezas, una ciudad deshecha, gris, monstruosa, varias figuras de su historia, montañas -y tres o cuatro ríos.
Gota de lluvia
Una gota de lluvia temblaba en la enredadera.
Toda la noche estaba en esa humedad sombría
que de repente
iluminó la luna.
Éxodo
En lo alto del día eres aquel que vuelve a borrar de la arena la oquedad de su paso; el miserable héroe que escapó del combate y apoyado en su escudo mira arder la derrota; el náufrago sin nombre que se aferra a otro cuerpo para que el mar no arroje su cadáver a solas; el perpetuo exiliado que en el desierto mira crecer hondas ciudades que en el sol retroceden; el que clavó sus armas en la piel de un dios muerto el que escucha en el alba cantar un gallo y otro porque las profecías se están cumpliendo: atónito y sin embargo cierto de haber negado todo; el que abre la mano y recibe la noche.
Lluvia de sol
La muchacha desnuda toma el sol apenas cubierta por la presencia de las frondas.
Abre su cuerpo al sol que en lluvia de fuego la llena de luz.
Entre sus ojos cerrados la eternidad se vuelve instante de oro. La luz nació para que el resplandor de este cuerpo
le diera vida. Un día más sobrevive la tierra gracias a ella
que sin saberlo es el sol entre el rumor de las frondas.
Los elementos de la noche
Bajo el mínimo imperio que el verno ha roído se derrumban los días, la fe, las previsiones. En el último valle la destrucción se sacia en ciudades vencidas que la ceniza afrenta.
La lluvia extingue el bosque iluminado por el relámpago. La noche deja su veneno. Las palabras se rompen contra el aire.
Nada se restituye, nada otorga el verdor a los campos calcinados.
Ni el agua en su destierro sucederá a la fuente ni los huesos del águila volverán por sus alas.
Las revoluciones dan vueltas, pactan, hacen declaraciones: una revista nueva aparece, viejos nombres en su cabecera, una revista antigua abrillanta su obra con deconstrucciones de la prosa de Malcolm X Las mujeres en las filas traseras de la política todavía lamen hilo para pasarlo por el ojo de la aguja, truecan huesos por plástico, rajan vainas para venderlas como collares en los cruceros hacen inmaculados vestidos de Primera Comunión con planchas y vacilante agua caliente todavía ajustan los microscópicos hilos dorados en los chips de silicio todavía dan clase, vigilan a los niños desaparecidos en las callejuelas de fuego cruzado, los barrancos de repentinas inundaciones los repentinos incendios de queroseno -mujeres cuyo trabajo reconstruye el mundo todas y cada una de la mañanas He visto a una mujer sentada entre la estufa y las estrellas sus dedos chamuscados de apagar las velas de la pura teoría Índice y pulgar: los dos quemados: he sentido esa cera sagrada levantarme ampollas en la mano
1988 Versión de María Soledad Sánchez Gómez
La luna...
(volviendo a casa en coche de una lectura de Robin Blaser)
La luna no es romántica. No. Es un hecho de la vida y aún no estamos acostumbrados. Pensarías, refleja las olas no las atrae. Así yo te regiría igual que he sido regida por ti. En la carretera de la Costa entre rachas de niebla
ese rostro (sí, tiene expresión) que aparece y desaparece nos habla como hizo él en su galantería y operístico misterio.
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
Planetarium
Inspirado en Caroline Herschel (1750-1848), astrónoma, hermana de William, y en otras...
Una mujer con forma de monstruo un monstruo con forma de mujer abundan en los cielos
una mujer «en la nieve entre los Relojes e instrumentos o midiendo el suelo con pértigas»
capaz de descubrir a sus 98 años 8 cometas
aquella sobre quien la luna gobernó como en nosotras levita hacia el nocturno cielo surca distancias en los lentes pulidos
Galaxias de mujeres, cumpliendo ahí penitencia por impulsivas congelados nervios en aquellos espacios de la mente
Un ojo «viril, exacto y absolutamente seguro» desde las confusas telarañas de Uranusbor
encuentra la NOVA
cada impulso de luz estalla desde el centro como se descarga nuestra vida
Tycho susurra al fin «Que no parezca que he vivido en vano»
Lo que vemos, lo vemos y ver es cambiar
la luz que marchita una montaña y le permite a un hombre vivir
Los latidos del pulsar el corazón exudando por mi cuerpo
El impulso de radio que fluye desde Taurus
Estoy bombardeada aun así me yergo
Me he mantenido de pie toda la vida en medio del curso directo de una batería de señales el más fielmente transmitido el más intraducible lenguaje en el universo Soy una nube galáctea tan profunda tan intrincada que una onda de luz demoraría 15 años viajando por mí Y ha ocurrido Soy un instrumento con forma de mujer intentando traducir pulsaciones a imágenes para aliviar el cuerpo y reconstruir la mente.
1968 Versión de Myriam Díaz-Diocaretz
Adrienne Rich (16 de mayo de 1929, Baltimore, Maryland - 27 de marzo de 2012, Santa Mónica, California)
Este es un mínimo homenaje al gran escritor cuya muerte recordamos ayer. Lowry murió el 26 de junio de 1957. Sin duda, vale la pena volver a sus poemas
.
FELICIDAD
Montañas azules con nieve y fría agua azul turbulenta, Un cielo borrascoso lleno de estrellas encendiéndose Y Venus y la luna gibosa al amanecer, Gaviotas siguiendo una motora cara al viento, Árboles con ramas prendidas al aire- Sentado al sol del mediodía con la furiosa Sombra humeante de la chimenea de la cabañaÁguilas que planean viento abajo, Golondrinas marinas vuelan a golpes de viento, Una nueva marca de tabaco a las once, Y mi amor que vuelve en el autobús de las cuatro -Dios mío, ¿por qué nos has dado todo esto?
EL BARCO ESTÁ VOLVIENDO A CASA
El barco está volviendo a casa ahora. El patrón intenta leer pero sueña en el hogar. El viejo paleador duerme, el motor petardea. Las luces están dispuestas para iluminarnos desde el pasado. Hasta un próximo futuro tan poco misterioso como este mástil Con hierro y lo que el hierro ama del reino que llega. ¡Paciente hierro! Pero, más allá del palo mayor, silenciosa Oscuridad, o el girar de parpadeantes formaciones de estrellas A la deriva en un blanco océano de dudas. Quizá este vagabundo ondula hacia el porvenir Que ensombrece al océano menos que el odio En las mentes de marino. ¿Esa estrella es amargura Entre estrellas de amor? ¿Este carguero lleva a la eternidad? ¿Adónde vamos? Vida sálvanos a todos.
SIN COMPAÑÍA EXCEPTO EL MIEDO
Cómo empezó todo esto y por qué estoy aquí en esta barra arqueada con la pintura marrón descascarillada, papegaai, mescal, hennessy, cerveza, dos viscosas escupideras, sin compañía excepto el miedo: miedo de la luz, de la primavera, del lamento de aves y autobuses volando a sitios lejanos, y de los estudiantes yendo a las carreras, de chicas brincando con el aire en sus rostros, pero sin compañía excepto el miedo, miedo de la fuente volando: y todas las flores que conocen el sol son mis enemigos, ¿estas, muertas, horas?
SIN TIEMPO DE PARARSE A PENSAR
La única esperanza es el próximo trago. Si te apetece puedes dar un paseo. Sin tiempo de pararse a pensar, La única esperanza es el próximo trago. Inútil titubear en el límite, Peor que inútil todo este hablar. La única esperanza es el próximo trago. Si te apetece, puedes dar un paseo.
Textos tomados de Malcolm Lowry, Poemas, libro traducido y editado por Visor.